domingo, 19 de junio de 2016

El espeluznante regreso de los «ratones verdes» al futbol mexicano

Además: La historia se repite, regresan los roedores verduzcos a la cancha y hacen el ridículo ante el equipo chileno | Inmadurez e ingenuidad futbolística, los mismos defectos del futbolista mexicano, que lo llevaron a ser último lugar en Argentina 78 | Entonces, José Antonio Roca y los mercachifles de la federación le vendieron la idea a la gente de que la selección era la tercera del continente | Manuel Seyde los bautizó como «ratones verdes» por el sobado argumento de que había que experimentar y ensayar con ellos, como en un laboratorio | Como lo ha hecho ahora el más reciente entrenador, el merolico Juan Carlos Osorio, que vino a dorarle la píldora a los federativos mexicanos
Del diario Record en su portada de hoy
Al igual que cuando se hacía creer a la sociedad mexicana que así como en cuestión de la terrífica y devastadora política y según los propios y nocivos priistas ya había un nuevo PRI, de igual forma los corifeos mediáticos del futbol mexicano llegaron a machacar hasta la saciedad en sus espacios que en materia del espectáculo futbolero la decepción nacional o el equipo tricolor –como suelen llamarle al vertedero de todos los males y complejos del individualismo de los de pantalón corto del redituable negocio– contaba ya con la mejor generación de futbolistas de todos los tiempos. Sin embargo, la decepción fue contundente y la vuelta a la realidad angustiosa, principalmente para esas grandes legiones de compatriotas que ven en el remedo de cracks balompédicos a los contemporáneos próceres de la patria; pero sobre todo cuando ya se creía superada aquella fatal etapa de los llamados «ratones verdes» o «roedores verdejos», como allá por la década de los años 70 los bautizó el periodista de deportes Manuel Seyde, en el diario Excélsior… Lo cierto es que el equipo de futbol representativo de Chile puso en su lugar ayer sábado a la banda de mercenarios que lucra con el nacionalismo de millones de mexicanos, tras de derrotar por siete goles a cero a los ratoncitos verdes, otrora fatuos y ensoberbecidos cracks del futbol profesional mexicanos que supuestamente triunfan en Europa y por eso ya se sienten con derecho a mirar de arriba abajo a quienes se atreven a cuestionarlos…
El malestar tras de la derrota del publicitado equipo de remedos de contemporáneos
próceres de la patria
La historia se repite
Así como en la actualidad se había consolidado la idea generalizada de que el futbol mexicano ya era de primer mundo, debido a la medalla de oro conseguida en Londres en 2012 y los dos campeonatos mundiales juveniles que se habían obtenido, en marzo de 1978 y previo a la Copa del Mundo de Argentina, el diario UnomásUno celebraba que en menos de un año dos selecciones de jóvenes futbolistas mexicanos obtuvieran «posiciones de indudable jerarquía», y daba ejemplos: «Subcampeones en Túnez (el primer campeonato del mundo juvenil no oficial, por cierto –pero entonces no se sabía–, celebrado en 1977), e igual colocación en la última versión del Torneo de Cannes, cuya final se jugó hace 48 horas (el artículo fue publicado el 29 de marzo). A ello se suma el triunfo de Cannes en 1975 y otras actuaciones que llevan a la conclusión evidente: a nivel juvenil, el futbol mexicano es una potencia mundial»… Dicho diario también subrayó que los resultados rompían el viejo mito de que «la materia prima de México, en lo que hace al futbol mexicano, es deficiente», porque resultaba por demás obvio que el jugador mexicano estaba «» «a la altura de cualquier otro del mundo»… Pocos días después, en un partido con «violentos incidentes», el representativo de Perú derrotó a la selección mexicana en Los Angeles por un gol a cero, cortándole «una racha de 14 victorias» (¿dónde hemos escuchado decir esto antes?), pero los reporteros y demás «locotorros» del medio atribuyeron la derrota a que muchos de los jugadores peruanos militaban en clubes mexicanos y conocían «de memoria» a sus rivales… El 10 de mayo el mismo diario (en su sección «Uno en los deportes») daba cuenta de la conclusión de la gira de la selección por Europa: cinco partidos jugados, dos ganados (con un gol de quiniela a un equipo de Finlandia que venía de perder 10-2 contra la selección de la URSS que ni siquiera calificó para Argentina, y un sufrido triunfo sobre el equipo Bochum, clasificado décimo cuarto en la Bundesliga,), dos empatados (ante dos clubes de Alemania Occidental) y uno perdido (con una selección de España que sólo había jugado 20 minutos y después se dedicó a cuidar las piernas), seis goles a favor y otros tantos en contra, lo que llevó al entrenador José Antonio Roca a declarar en Bochum que por primera vez  «México saca resultados positivos en Europa»… Por ello, el diario comenzó a advertir a sus lectores que no se debía permitir que la televisora que manejaba el futbol en México comenzara a abrir «en derredor de este equipo una esperanza desmedida»…
A ver si los futbolistas mexicanos aprendieron un poco de lla resuelta actitud de los
jugadores chilenos
Inmadurez e ingenuidad futbolística, los mismos males
Desde entonces (mayo de 1978) ya se señalaba a la inmadurez y la ingenuidad como los principales defectos del futbolista mexicano. Pero en la sección «Uno en los deportes» se apuntaban otros más: «…la sorpresa ante equipos que practican la ley del fuera de juego o la carga desmedida; la lentitud física y mental para elaborar la jugada ofensiva; el escaso aprovechamiento de todo el ancho campo, son defectos que parten del subdesarrollo competitivo del futbol mexicano»… Apuntes y observaciones que parece que fueron hechas tras de concluido el partido de los futbolistas mexicanos ayer sábado contra los chilenos… Por si faltara algo, debido a que tras de la apabullante derrota algunos «locotorros» se refirieron a la falta de un líder en el equipo, «Uno en los deportes» retomó lo que Roca había señalado en mayo de 1978, al reconocer que al equipo tricolor le falta «un hombre como Grabowski (…) un supercrack capaz de cambiar el destino de un partido en una jugada. No tiene un caudillo con la personalidad y experiencia para tomar el timón cuando el equipo es dominado. Sencillamente, carece de nivel para competir con posibilidades en el foro máximo del futbol del mundo»… Aun así, en la euforia mundialista Roca llegó a asegurar que la selección mexicana de futbol era la tercera del continente, apenas después de Brasil y Argentina, y a cuatro días del inicio del Mundial de Argentina, Raúl el «Cora» Isiordia aseguraba que los jugadores estaban identificados con el sistema implantado por Roca.  «Me gusta este partido (ante el equipo de Túnez) como para que debutemos con un triunfo y me gusta más el de Alemania porque en ese se calificaría a la siguiente ronda (…) Sería de mucho prestigio calificar a la ronda siguiente pasando sobre los campeones del mundo (…) Pero aún si no se logra queda una segunda opción ante Polonia, así que hay posibilidad»… Y en aquel 1978 esa fue la ilusión que se les vendió a los aficionados mexicanos…
El más grande fracaso del equipo de futbol mexicano en un torneo oficial
Vuelta a la realidad
La segunda edición del diario Últimas Noticias del viernes dos de junio de 1978 cabeceó con grandes titulares y en tinta roja: «Son Ratones 1 a 3». Por su parte, El Gráfico tituló: «Humillante 3-1 Ante Túnez ¡Perdieron!». En tanto que el Diario de México publicó a ocho columnas: «El ridículo Cayó México 3-1»… Apenas en el segundo día de iniciada la Copa del Mundo en Argentina los futbolistas mexicanos habían sufrido su primera derrota ante un menospreciado rival como era el representativo de Túnez. De ahí que para el sábado tres de junio la edición vespertina del Diario de México anunciara con grandes letras en sus ocho columnas: «A la Federación Mexicana de Futbol Amenazas e injurias». Pero eso no fue todo, en la parte superior izquierda y debajo de una fotografía de Brooke Shields venía otra noticia que aunque relacionada con la nota roja tenía mucho que ver con la Copa del Mundo: «No soportó el ratonero 3-1 y se mató»… Por su parte, la edición del mediodía de El Sol de México tituló «La derrota costó 250 millones» y entre las noticias de primera plana venía ésta: «Pocos trabajaron tras la amargura que dejó la caída»; «Para Túnez es como fiesta nacional»; «México labró el 3-1… Se perdió la fe», y «Todos jugaron mal y Roca metió la pata»… Tres días después la misma edición del mediodía de El Sol de México cabeceó a ocho columna: «¡A rezar!». Más abajo se leía: «Hay que pedir un milagro para ganar… o evitar la goleada», mientras que otra más decía: «Dios ayuda a los buenos»… Pero a las seis de la tarde de aquel seis de junio Últimas Noticias rotuló a ocho columnas: «¡¡Eliminados!!... Fracaso total ¡6-0!»… Finalmente, el domingo 11 de junio El Sol de México publicó en su primera plana una fotografía en la cual se veía a los futbolistas mexicanos festejar con frenesí algo que el diario apuntó en el pie de foto: «Júbilo.- Los seleccionados mexicanos festejaron con euforia el único gol anotado ante los polacos ayer en Mar del Plata. Los jugadores esconden en un abrazo a Rangel, autor del tanto»… Y a un costado, con pequeña letra: «Con una derrota de 3-1 Acabó el Calvario de México»…
Lo de roedores verduzcos vino por aquello de que siempre se experimentaba con
ellos en la cancha, y el colmbiano Osorio no se quiso quedar atrás
Experimentos y ensayos el cuento sin fin
Así que cuando se suponía que por fin los de la decepción nacional en turno ya habían dejado atrás el fantasma de los «ratones verdes», bautizados así porque con el argumento de que siempre se experimentaba y ensayaba con ellos, como si fueran pruebas de laboratorio, la llegada como entrenador del colombiano Juan Carlos Osorio significó el enésimo retroceso futbolístico de los susodichos. Porque el presunto estratega resultó ser un fiasco más de ese inacabable proceso de aprendizaje, al improvisar y experimentar con el continuo cambio de jugadores en las alineaciones, lo que hace inconcebible que pueda haber tanta testarudez ante el hecho de que así como una orquesta no puede alcanzar la excelsitud musical de sus integrantes si estos son sustituidos por el director en cada concierto, tampoco un equipo de futbol va a consolidar nunca una estrategia de juego debido a que los componentes del conjunto no pueden sincronizar sus desplazamientos sobre la cancha… De ahí la pena ajena que dieron los contemporáneos roedores verduzcos ayer en el estadio de Santa Clara, al deambular como estupefactos, medrosos y titubeantes, ante los futbolistas chilenos que les dieron una muestra (como ya lo han hecho otros de sus compatriotas en diferentes circunstancias, verbigracia los mineros que sobrevivieron 69 días enterrados a más de 600 metros de profundidad en 2010) de lo que es tener una resuelta actitud no sólo para el futbol, sino ante la vida… Porque para ningún aficionado mexicano es desconocido que por esa indolente actitud que por lo regular caracteriza a los futbolistas mexicanos, tan conformistas y anodinos que llegan a parecer en muchos momentos, si se hubiese dado el caso de que anotaran uno o dos goles, inmediatamente hubieran replegado sus filas para defender tan magra ventaja, así corrieran el riesgo de ser alcanzados y hasta superados. Después de todo, habría sido la misma película de siempre… Sin embargo, ahora fue diferente, el sacudimiento fue definitivo. Habrá que ver si el contundente fracaso futbolístico queda en el anecdotario de los vividores del espectáculo –léase los directivos de la federación Mexicana de Futbol– o, como sucede en otros campos donde la productividad sí importa porque influye en el ingreso de inversionistas privados y cuenta para el PIB nacional, el embaucador colombiano continúa en su puesto y sólo quedará en hacerles que beban a estos espantadizos cracks europeos y domésticos, unos tés de gobernadora, ajenjo o cuasia para que se curen de pánico y se les quite lo churriento… Y ahora sí que… al tiempo.

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